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las visitas al médico de Ozzy Osbourne

Publicado: septiembre 13, 2011 en Uncategorized
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“Llevaba casi cuarenta años pasándome con el alcohol y las pastillas, de modo que me pareció buena idea enterarme de los destrozos que había causado”, explica Ozzy en su biografía, donde detalla una de sus últimas visitas al médico. Por Rolling Stone

Así son las visitas al médico de Ozzy Osbourne

Doctor, me duele el rock.

Cuando Ozzy Osbourne (62 años) fue en 2003 al médico, se llevó una extraña sorpresa. El doctor dijo que había dado con la razón de sus temblores. “Usted sufre de un trastorno muy, muy poco común debido a que tanto su padre como su madre tenían el mismo cromosoma defectuoso en su ADN”, anunció. “Y cuando digo poco común, me refiero a un caso entre mil millones. Lo malo es que no hay un nombre para ello”.

Así de surrealistas han sido las visitas del Príncipe de las Tinieblas al médico. Hoy, en la redacción, hemos recordado un pasaje de uno de los libros de rock que te recomendamos, su imprescindible biografía I am Ozzy (Confieso que he bebido), editado por GlobalRyhthm. Así fue la última visita del cantante de Black Sabbath al médico. Por cierto, Ozzy ya está hablando con su mano derecha, el guitarrista Tony Iommi, del regreso de Black Sabbath.

 

INFORME MÉDICO HIDDEN HILLS, CALIFORNIA.

– Bien señor Osbourne, quiero preguntarle algo- dijo el médico-. ¿Ha tomado alguna vez drogas recreativas?
– Bueno –dije con una tosecilla-, una vez fumé un poco de marihuana.
– ¿Y ya está?
– Sí, ya está.
– ¿Está seguro?
– Bueno –dije con otra tosecilla-, también un poco de speed. Pero hace mucho tiempo.
– ¿Así que un poco de marihuana y un poco de speed?
– Eso es, sí.
– ¿Está absolutamente seguro que sólo ha sido marihuana y un poco de speed?
– Hombre, en otra época me hice alguna que otra rayita de farlopa– le dije; empezaba a sentirme confuso.
– Entonces, ¿Marihuana, speed y… algunas rayas de cocaína?
– Sí, eso vendría a ser todo.
– ¿Y está seguro de eso?
– Ajá.
– Quiero estar absolutamen…
– ¿La heroína cuenta?
– Sí, la heroína cuenta.
– Ah, entonces heroína también. Pero sólo una o dos veces.
– ¿Seguro que fueron sólo un par de veces?
– Sí, sí, seguro. La heroína es una puta mierda de droga. ¿La ha probado usted?
– No.
– No me va. Se vomita demasiado.
– Efectivamente las nauseas pueden ser intensas.
– A mí lo que me parece un desperdicio es el alcohol.
– De acuerdo –me cortó el médico-, vamos al grano- ¿Hay alguna droga que NO haya tomado señor Osbourne?
– No, ninguna que yo sepa.
Más silencio.
Finalmente el médico dijo:

– ¿Y que me dice del alcohol? Ha mencionado usted que bebe. ¿Cuántas unidades al día?
– No sé. Unas cuatro, más o menos.
– ¿Puede ser más específico?
– Botellas de Hennessy, pero depende.
– ¿De qué depende?
– Hombre la cerveza cuenta, ¿no?
El médico sacudió la cabeza, suspiró y se frotó los ojos. Luego preguntó:
– ¿Fuma usted, señor Osbourne?
– De vez en cuando.
– Menuda sorpresa- ¿Cuántos al día, diría usted?
– Treinta y alguno.
– ¿Qué marca de cigarrillos?
– No, no, puros. Los cigarrillos no los cuento.
El médico empezó a ponerse muy pálido y dijo:

– ¿Cuánto hace que mantiene esta rutina diaria?
– Pues casi 40 años.
– ¿Hay algo más en su historial médico que deba saber?- preguntó el médico.
– Veamos- dije yo-, una vez me atropelló un avión; bueno casi. Y me he roto el cuello montando en quad. Durante el coma morí dos veces. También he tenido sida durante 24 horas. Y he creído tener esclerosis múltiple, pero resultó ser temblor de Parkinson. Y una vez me partí la chasca. Ah, y he tenido gonorrea unas cuantas veces. Y un par de convulsiones, como aquella vez que tomé codeína en Nueva York, o cuando me metí la droga de los violadores en Alemania. Y eso es todo, en serio, a menos que quiera incluir el uso de medicamentos con receta.
El médico asintió.
Luego carraspeó, se aflojó el nudo de la corbata y dijo:
– Tengo otra pregunta que hacerle, señor Osbourne.
– Adelante, doctor.
-¿Por qué sigue usted vivo?

Una noche, los Rolling Stones dejaron una cita para la posteridad: «Meamos donde queremos, tío». Esta es la historia de lo que ocurrió, en un adelanto del libro que cuenta la vida del más representativo cantante de rock. Por Rolling Stone

Exclusiva: Lee un extracto de la biografía de Mick Jagger

El 30º cumpleaños de Mick Jagger, con Bob Dylan y Keith Richards en 1973. (Foto: Ken Regan/Camera 5)

El periodista de rock Mark Spitz (no confundir con el sensacional nadador del mismo nombre) ha escrito libros sobre David Bowie, la historia del punk, Green Day… además de decenas de artículos paraNew York TimesUncut, Spin o Vanity Fair. Ahora publica un extenso libro sobre el eterno cantante de los Rolling Stones. La biografía se llama Jagger: Rebel, rock star, rambler, rogue (Jagger: Rebelde, estrella del rock, hablador, gamberro) y se editará las próximas semanas en EE UU y Reino Unido (en España todavía no hay fecha). Nosotros adelantamos un extracto. El autor cuenta la historia que hay detrás de la filosofía «meamos donde queremos» de Mick Jagger, la que ayudó a establecer la imagen de héroes rebeldes de los Rolling Stones, en comparación con los Beatles.

Este es el extrato del libro:

Se puede decir que la gran cita filosófica de Mick Jagger de 1965, un año crucial, no es «I can’t get no satisfaction» (no consigo satifacción), sino «we piss anywhere, man» (Meamos donde queremos, tío), pronunciada en una fría noche en una gasolinera donde no se le permitió al grupo que utilizara el servicio. De esta forma, no se pretende minimizar la sísmica (I can’t get no) satisfaction, a la cual se le ha dado tal importancia que la está perdiendo; escúchala hoy y recordarás lo buen single que es. La gente escribe esto sobre (I can’t get no) satisfaction, claro. Ocupa constantemente los primeros puestos de las listas de ‘Los mejores tal’ o ‘Los mejores cual de la historia’, hasta tal punto que quizás no nos haga falta escucharla más, pero su aparición en un capítulo de la serie Mad Men (transportándonos al verano del 65) fue como agua en el desierto. “¡Oh claro! ¡Esa canción!”. Y aún así, siendo un macho alfa de las canciones y una obra de arte, no deja de ser sólo una canción. Sin embargo, “meamos donde queremos, tío”, es una ideología.

El incidente duró unos dos minutos, como una gran canción pop de las de antes. Pero, a su manera, eramucho más potente y más política que bastantes de los éxitos que los Stones obtuvieron más tarde. “Meamos donde queremos” se publicó el 18 de marzo de 1965, y sólo tardó uno o dos días en subir en laslistas y acaparar el tipo de atención que ayudaría a los Stones a pasar de la preocupación pop a la arena política, como ocurrió con Bob Dylan. Eran portavoces del «hago lo que quiero», tal como escribió el periodista Keith Altham en la revista NME un año después.

La leyenda ya está impresa y los detalles no son tan importantes, pero puede que ocurriera así. Los Stones, con un nuevo número uno del Reino Unido después de que Little red rooster alcanzara los primeros puestos de las listas un poco antes de las vacaciones de invierno, volvían de un nuevo conciertazo en Romford, al norte de Londres. Eran más de las doce de la noche, hacía frío y los cinco andaban apiñados en el coche de las giras.Al recibir la llamada de la naturaleza, el grupo paró en una gasolinera de Stratford, en las afueras de la capital. De primeras fueron educados. Bill Wyman le preguntó al pulcro encargado, Charles Keeley, si podía utilizar el servicio. Keeley, como la mayoría de su generación, sabía quienes eran los Rolling Stones, pero aún tenía que aceptarlos. Había estado trabajando toda la noche a la intemperie, y, a esas horas, ya no le importaban las pintas de la banda. Así que le ordenó al grupo que se largara. Cuando los Stones se quejaron,Mick Jagger tomó el control de la situación, le dio un codazo a Keeley y anunció: «Mearemos donde queramos, tío».

En su testimonio, Keeley contó que se encontraba a oscuras y rodeado de unos «monstruos de pelo desgreñado», que empezaron a cantar al unísono: «¡Mearemos donde queramos! ¡Mearemos donde queramos!». «Uno empezó a bailar al son de esa frase», recordaba Keeley. Para demostrar que iban en serio, Wyman se bajó la cremallera y meó en el muro del garaje. Luego, los Stones volvieron al coche y siguieron su camino, saludando por la ventanilla con un gesto de «que te jodan».

 

Estos son las declaraciones más llamativas de la biografía que el cantante acaba de publicar, ‘Does the noise in my head bother you?’. Por ‘Rolling Stone’

Sexo salvaje y muchas drogas. Extractos de la biografía de Steven Tyler (Aerosmith)
Steven Tyler a lo Lola Flores.

Steven Tyler (63 años), como Belén Esteban, tiene una opinión sobre casi todo. Y así lo confirma su biografía, Does the noise in my head bother you? [¿Te molesta el ruido de mi cabeza?], que salió publicada (de momento en inglés) el pasado 11 de mayo. Pero quizá, además de sus teorías sobre el cosmos o la evolución, lo que más sorprende es loprecisas, crudas y salvajes que son sus declaraciones sobre sus encuentros sexuales con groupies y sus distintas adicciones. Recogemos algunos extractos del libro en los que el cantante de Aerosmith manifiesta su particular visión de la vida.

– Sobre el cosmos: “Dios está en los espacios que hay entre la sinapsis [es la una unión intercelular de las neuronas]. Vibrando, pululando, pulsando. Eso es la eternidad, nena”.

– Sobre su hogar: “No puedo volver a casa. Regreso y no es lo mismo. Es una locura. Da vértigo. Es como si fueras a hacer una visita a tu madre, entraras en la cocina y hubiera una cara diferente”.

– Sobre la teoría de la evolución: “Mi historia familiar, si nos remontamos 200 años atrás, viene del apellido Tallarico, que procede de Calabria (Italia). ¿Y antes de eso? Mis antepasados eran albaneses, egipcios y… etíopes. Seamos sinceros: todos procedemos de África. El ser humano no pudo nacer en un clima frío”.

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– Sobre Janis Joplin: “Todo el mundo piensa que Mick [Jagger] es mi héroe, pero lo confieso: es Janis. Los pañuelos en el micrófono, su aullido… Rezumo amor hacia Janis por todos los poros de mi piel. Ella todavía consigue hacerme llorar”.

– Sobre Joe Perry, su compañero de banda: “Somos gemelos polares. Totalmente opuestos. Joe es frío, yo soy caliente como un rayo furioso de azufre. JOE ES ASQUEROSO… Y YO SOY UN GILIPOLLAS. Él es el vaquero con sombrero de ala ancha. Pero maldita sea, ¿es que siempre va a ganar él? ¿Siempre voy a ser yo el pringado?”.

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– Sobre las groupies y la higiene: “Practico mucho el sexo oral y me gusta la limpieza. Pero en el pasado estoy seguro de que tuve gonorrea, aunque eso con una inyección de penicilina se arregla y listo. Las enfermedades de transmisión sexual eran una moneda habitual de cambio en esa época. ¿Qué cómo lo evitábamos? ¿Envolviéndola en papel film? Va, si te lavas bien no hay problema”.

– Sobre la fama: “La fama es una zorra. Seguramente ya has escuchado esto alguna vez porque es la pura verdad. Es como un caballo sin jinete, es como un perro de dos cabezas oliendo su propio culo, como un gato de un solo ojo mirando de reojo un almacén de pescado. Y además, es el mayor generador de fricción creativa que existe”.

– Sobre las groupies (otra vez): Una dijo: “Hola chicos, somos el Pequeño Club Oral de Annie”. Adelante, dije yo. Después ella siguió: “Nos hemos enseñado las unas a las otras cómo hacer una gran mamada. Así que cuando lo hacemos con estrellas de rock… somos capaces de chupar como nadie lo ha hecho jamás”. Creo que ahora puedo hablar en nombre de todos los machos de la especie: juro que en ese momento me habría cambiado de religión”.

– Y más groupies: “La chica que estaba sentada a mi lado era una cachonda, por no mencionar que era ambidiestra. Se podía doblar hacia atrás y además tenía la cabeza plana, así podía apoyar mi cerveza”.

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– Sobre las drogas: “Aerosmith era drogas, drogas, drogas y más drogas. ¿Puedes caer más bajo? Sí. ¿Las drogas nos empujaron hacia abajo? Bueno, estamos allí todavía. Pero así es la vida. Lo que realmente nos hace sentir bien a todos los humanos es sujetar un bebé de conejo, que te regalen un cachorro por Navidad… Eso es lo que todos las personas queremos”.

– Sobre el género: “Nunca he dicho que yo sea más femenino que masculino. Lo que yo soy es mitad y mitad. ¿Qué hay mejor que ser la más fuerte de las especies? Quiero decir: las mujeres son seres superiores, ¿o no? Los hombres traen la comida a casa, pero ellas pueden tener hijos y darles de comer de su pecho”.

– Sobre… (sí, lo has adivinado) las groupies: “La primera vez que estuve con una chica con un piercing [pendiente] gigante en su labio estaba enganchada a otra chica con otro piercing en el clítoris. Yo le dije: “¿Cómo vas a sentir mi boca?”. La pregunta era en parte retórica. “Oh. La sentiré”, sonrío ella. Entonces las chicas se subieron a la mesa de billar y comenzamos a follar. Gracias a ellas las troneras [agujeros de las mesas de billar] tienen un nuevo significado para mí”.

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– Sobre consumir drogas en el escenario: “Joe tenía dosis de cocaína preparadas detrás del escenario y cuando las luces se apagaban iba corriendo hacia allí. Kelly [nuestra asistente] le ponía la pajita en la nariz y él se hacía una raya. Los atracones de coca eran tan descarados que acabamos escondiendo las rayas en los amplificadores de la parte izquierda del escenario”.

– Sobre el ego: “El cantante principal es como la gallina de los huevos de oro, la vaca lechera, y en ocasiones al resto del grupo le resulta difícil manejarlo. Saben que no tienen nada que hacer sin su líder, y que cada vez que alguien me apunta con el dedo, también les está apuntando a ellos directamente”.

– Sobre el principio del final de Aerosmith: “Estábamos ciegos de barbitúricos y heroína. Kelly [la asistente] solía enviar a los guardias de seguridad para despertarnos. Llamaban a la puerta y si no contestábamos la tiraban abajo. Nos montaban en las limusinas y al aeropuerto. Así es como conseguían que Joe y yo saliéramos de gira los días malos”.

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– Sobre los últimos días de la banda: “Estaba muy borracho, pero recuerdo claramente que iba caminando por la caravana y gritándole a Joe: ‘¡Estás despedido!’. Éramos una pandilla, estábamos muy unidos. Pero yo me enfadé muchísimo. En realidad nunca he golpeado a Joe, pero ese día estuve muy cerca».

– Sobre la adicción a medicamentos: ¿Has mirado en el botiquín de tus amigos últimamente? Aunque tu doctor te recete medicamentos, e intentes esconderlos, pronto todo el mundo se dará cuenta. Quizá no antes de los 40 o 50 años, pero te engancharás. Las pastillas para dormir pronto se volverán contra ti. ¿Empezaste tomando medio Valium para dormir y ahora te tomas seis?”.